Es como cuando te das el baño de tu vida. Por norma general, después de un día de esos en que sales del agua creyéndote el mismísimo Kelly Slater por lo bien que has surfeado y en el que las olas eran perfectas, suele pasar que en el siguiente baño sales del agua pensando que eres un patán y que todos esos años de surf no te han servido para nada. Quien no se ha sentido así alguna vez?
Es un concepto parecido al del Yin y el Yang. Lo bueno iguala a lo malo, lo positivo a lo negativo, la luz a la oscuridad... así dos fuerzas opuestas y complementarias mantienen el equilibrio.
Pues a mi me pasó algo parecido el pasado Martes. A la tarde nos fuimos a pegar un baño a Zarautz. En plena marea alta las olas de la serie apenas alcanzaban el medio metro, pero a medida que bajaba la marea las olas se levantaban mas y y rompían mas largas y limpias. Y que bonito atardecer. Todo acompañaba para que esas tarde se convirtiese en una de esas que quedan en recuerdo durante un buen tiempo.
El caso es que un par de horas mas tarde, un malévolo virus se apodero de mi cuerpo y me ha tenido en el sofá de mi casa durante dos días con el cuerpo hecho polvo.
Joseba en pleno take-off extremo. Je, je. Gracias a dios un rato después pudimos disfrutar de olas de verdad.
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